Esta excursión al Monasterio de Piedra con 53 socios el sábado 10 de febrero fue una experiencia muy agradable.
Por la mañana a las 11:00 visitamos el Parque natural del Monasterio.
El recorrido del Parque del Monasterio de Piedra está cuajado de sorpresas y bellísimos rincones de cualidades estéticas y paisajísticas sorprendentes. A la belleza propia del río hay que añadir el bullicio y frescor de sus cascadas, la apacible quietud de sus lagos, y el cantar de diferentes especies de aves, de las que se han identificado más de 20 especies distintas. El contacto con la naturaleza fue tan impresionante. Las cascadas y las cuevas sorprendieron a las personas durante la visita. Una visita de 3 horas antes de ir a comer juntos. In situ hubo un restaurante para comer o tomar un cafe.
A las 15:00 por la tarde, visitamos el Monasterio.
Se construye en la transición del Románico al Gótico. Los monjes vivieron en este Monasterio algo más de 600 años. La fundación del Monasterio de Piedra se relaciona con un doble marco histórico: Es parte del fenómeno de las repoblaciones de la segunda mitad del siglo XII y también es un brillante capítulo de la expansión de los cistercienses por la Península Ibérica. En la actualidad, la iglesia está en ruinas como consecuencia de los años de abandono que, en el siglo XIX, sufrieron los edificios tras la Desamortización. Desde entonces hasta nuestros días, Piedra se ha convertido en un destino turístico de primer orden. La transformación del Monasterio en un Hotel y los nuevos usos turísticos que se dieron a las dependencias frenaron su degradación y lo han preservado en el estado actual.
Estuvimos impresionados por la autenticidad de los edificios tras 600 años de historia. Pudimos saber más sobre el Monasterio con los numerosos carteles de explicación que detallaron la historia y las anécdotas del edificio y sus componentes. Cada espacio tenía un pedazo de historia muy interesante. También había una exposición de vino con una explicación de cada viñedos. Nos fuimos del lugar a las 16:00 para volver a Zaragoza.
Esta jornada estuvo muy satisfactoria y enriquecida para todos. La visita del Parque y del Monasterio nos hizo aprender mucho. La excursión en el Parque estaba lleno de paisajes tan bonitos. Por seguro, este viaje será inolvidable.